La acusación particular solicita 12 años y siete meses por homicidio doloso y cinco años por un delito contra la seguridad vial
A.T. - VILAGARCÍA Truculento resulta el relato de hechos que la acusación particular realiza respecto del atropello que costó la vida a Manuel Abalo en 2008 cuando cruzaba la calle por un paso de cebra.
La reconstrucción que realiza el letrado, Gumersindo Paz, pone los pelos de punta, pues subraya que Pablo Bouzas González, apodado "El Casti", que entonces tenía 24 años, aceleró el vehículo antes de llegar al paso de peatones y huyó a gran velocidad, pese a que quienes le acompañaban en el coche le pedían insistentemente que frenase.
Por su parte, la letrada de la defensa, Carmen Ventoso hace hincapié en el total arrepentimiento de Pablo Bouzas, de 24 años y sin antecedente penales, quien "sólo quiere ahora que acabe cuanto antes el procedimiento judicial".
Afirma la letrada que el joven Pablo Bouzas sufre una tremenda depresión como consecuencia de los hechos y que incluso ha rechazado el carné de conducir que le devolvía la Audiencia de Pontevedra.
En el procedimiento se ha incluido una carta que el propio Pablo Bouzas escribió a la familia de Manuel Abalo en la que "lamento lo ocurrido" y expresa que ya "no puedo cambiar lo que sucedió".
Pero ahora manifiesta su interés porque se juzgue el caso cuanto antes pues siente que "el pueblo ya le ha juzgado" y no quiere que socialmente "se le linche más".
En el escrito de acusación que suscribe Gumersindo Paz se relatan los hechos de forma cronológica a partir de las 22,35 horas del 11 de mayo de 2008 cuando Pablo Bouzas estaciona su vehículo en la plaza de España de Vilagarcía para recoger a su amigo Jesús María Pampín Mosteiro y "un poco más adelante" a su hermano Ramón.
Se explica que los tres se encaminaron hacia Rosalía de Castro y estacionaron frente al parque de A Concha, para ir a cenar al restaurante "El Ruedo", donde Pablo Bouza bebió agua y un refresco mientras que su amigo Pampín consumió una botella de vino.
Tras la cena, dice el escrito de acusación, los tres se dirigen a Cambados "a la zona de la movida" y tomaron copas en varios pubs, para finalmente acabar en la discoteca "Zao" donde permanecieron hasta las 5,10 de la madrugada.
Regreso a Vilagarcía
Al salir del establecimiento se encontraron con otros dos jóvenes, David G.Q., de 21 años y Rubén P.S., de 27, residentes en Vilaxoán, que trataban de regresar a Vilagarcía en taxi pero que vieron la oportunidad de regresar en el coche de su conocido.
Pablo Bouzas volvió a situarse al mando del volante y condujo desde Cambados a Vilagarcía por la vía rápida de O Salnés "a una velocidad prudente". Salió por Renza y continuó hacia Fontecarmoa hasta llegar a la avenida del Doctor Tourón. Bajó luego por Edelmiro Trillo en dirección a la plaza de Galicia y luego a Conde de Vallellano, desde donde giró hacia la avenida de La Marina, lugar en el que se registró el mortal accidente.
Respecto de la víctima, el escrito de acusación expone que Manuel Abalo y sus amigos habían cenado en el bar Puerto donde celebraron el cumpleaños de Javier R. y se trasladaron luego al pub Dolcevita "donde estuvieron cerca de una hora". Luego continuaron por otros pubs de la zona Tir de Vilagarcía.
En el momento fatídico, explica el letrado en su escrito: "Delante iban Cristina, la novia de Manuel, y Javier R., que lograron cruzar por el paso de cebra hacia el parque de Miguel Hernández". Atrás iban el propio Manuel, Ana Isabel y Tania.
Señala que las dos mujeres últimas se salvaron porque retrocedieron sobre sus pasos pues en ese momento, dice el letrado, "Pablo empezó a acelerar el coche, pese a que Rubén P. y los otros ocupantes le decían: !Para, para¡ ¿Qué haces? Pero Pablo no les hizo caso".
"De pronto –agrega en el relato– observaron como unos peatones cruzaban la calzada hacia el parque, volviendo a decirle a Pablo: !Frena, frena¡, oyéndose en este instante un golpe, por lo que exclamaron: Mi madre !lo atropellaste¡".
A continuación, sigue refiriendo el abogado, "Pampín, que estaba dormido, despertó al oir el ruido y preguntó qué había pasado", cuando le comunicaron que se "habían llevado a un chico por delante, momento en el todos pidieron a Pablo que parara el coche, pero no les hizo caso y continuó a la misma velocidad".
Insiste el letrado que el turismo se alejó del punto a una "endiablada velocidad". "Giró en la rotonda de O Ramal y se dirigió hacia Juan Carlos I, Santa Eulalia, As Bocas y Agustín Romero, parando detrás del campo de fútbol, donde reside Pablo". De madrugada el joven llevó el coche a la Audi de Viana do Castelo para repararlo.
La reconstrucción que realiza el letrado, Gumersindo Paz, pone los pelos de punta, pues subraya que Pablo Bouzas González, apodado "El Casti", que entonces tenía 24 años, aceleró el vehículo antes de llegar al paso de peatones y huyó a gran velocidad, pese a que quienes le acompañaban en el coche le pedían insistentemente que frenase.
Por su parte, la letrada de la defensa, Carmen Ventoso hace hincapié en el total arrepentimiento de Pablo Bouzas, de 24 años y sin antecedente penales, quien "sólo quiere ahora que acabe cuanto antes el procedimiento judicial".
Afirma la letrada que el joven Pablo Bouzas sufre una tremenda depresión como consecuencia de los hechos y que incluso ha rechazado el carné de conducir que le devolvía la Audiencia de Pontevedra.
En el procedimiento se ha incluido una carta que el propio Pablo Bouzas escribió a la familia de Manuel Abalo en la que "lamento lo ocurrido" y expresa que ya "no puedo cambiar lo que sucedió".
Pero ahora manifiesta su interés porque se juzgue el caso cuanto antes pues siente que "el pueblo ya le ha juzgado" y no quiere que socialmente "se le linche más".
En el escrito de acusación que suscribe Gumersindo Paz se relatan los hechos de forma cronológica a partir de las 22,35 horas del 11 de mayo de 2008 cuando Pablo Bouzas estaciona su vehículo en la plaza de España de Vilagarcía para recoger a su amigo Jesús María Pampín Mosteiro y "un poco más adelante" a su hermano Ramón.
Se explica que los tres se encaminaron hacia Rosalía de Castro y estacionaron frente al parque de A Concha, para ir a cenar al restaurante "El Ruedo", donde Pablo Bouza bebió agua y un refresco mientras que su amigo Pampín consumió una botella de vino.
Tras la cena, dice el escrito de acusación, los tres se dirigen a Cambados "a la zona de la movida" y tomaron copas en varios pubs, para finalmente acabar en la discoteca "Zao" donde permanecieron hasta las 5,10 de la madrugada.
Regreso a Vilagarcía
Al salir del establecimiento se encontraron con otros dos jóvenes, David G.Q., de 21 años y Rubén P.S., de 27, residentes en Vilaxoán, que trataban de regresar a Vilagarcía en taxi pero que vieron la oportunidad de regresar en el coche de su conocido.
Pablo Bouzas volvió a situarse al mando del volante y condujo desde Cambados a Vilagarcía por la vía rápida de O Salnés "a una velocidad prudente". Salió por Renza y continuó hacia Fontecarmoa hasta llegar a la avenida del Doctor Tourón. Bajó luego por Edelmiro Trillo en dirección a la plaza de Galicia y luego a Conde de Vallellano, desde donde giró hacia la avenida de La Marina, lugar en el que se registró el mortal accidente.
Respecto de la víctima, el escrito de acusación expone que Manuel Abalo y sus amigos habían cenado en el bar Puerto donde celebraron el cumpleaños de Javier R. y se trasladaron luego al pub Dolcevita "donde estuvieron cerca de una hora". Luego continuaron por otros pubs de la zona Tir de Vilagarcía.
En el momento fatídico, explica el letrado en su escrito: "Delante iban Cristina, la novia de Manuel, y Javier R., que lograron cruzar por el paso de cebra hacia el parque de Miguel Hernández". Atrás iban el propio Manuel, Ana Isabel y Tania.
Señala que las dos mujeres últimas se salvaron porque retrocedieron sobre sus pasos pues en ese momento, dice el letrado, "Pablo empezó a acelerar el coche, pese a que Rubén P. y los otros ocupantes le decían: !Para, para¡ ¿Qué haces? Pero Pablo no les hizo caso".
"De pronto –agrega en el relato– observaron como unos peatones cruzaban la calzada hacia el parque, volviendo a decirle a Pablo: !Frena, frena¡, oyéndose en este instante un golpe, por lo que exclamaron: Mi madre !lo atropellaste¡".
A continuación, sigue refiriendo el abogado, "Pampín, que estaba dormido, despertó al oir el ruido y preguntó qué había pasado", cuando le comunicaron que se "habían llevado a un chico por delante, momento en el todos pidieron a Pablo que parara el coche, pero no les hizo caso y continuó a la misma velocidad".
Insiste el letrado que el turismo se alejó del punto a una "endiablada velocidad". "Giró en la rotonda de O Ramal y se dirigió hacia Juan Carlos I, Santa Eulalia, As Bocas y Agustín Romero, parando detrás del campo de fútbol, donde reside Pablo". De madrugada el joven llevó el coche a la Audi de Viana do Castelo para repararlo.
Fuente: A.T., Faro De Vigo
Foto: Una de las ofrendas florales por la víctima del atropello de la avenida de A Mariña en 2008. // I.Abel